El euro cayó por debajo de 1,06 dólares, concluyendo octubre con cambios mínimos. Esta caída fue parte de una tendencia más amplia de fortaleza del dólar, impulsada por el compromiso de la Reserva Federal de mantener tasas de interés elevadas y la continua solidez de la economía estadounidense.
En contraste, el PIB de la eurozona se contrajo inesperadamente un 0,1% en el tercer trimestre, peor que la lectura plana prevista, lo que indica que los esfuerzos del Banco Central Europeo para endurecer la política monetaria y elevar los costos de endeudamiento a niveles récord están pasando factura a la economía.
Sin embargo, la tasa de inflación disminuyó más de lo esperado, cayendo al 2,9%.
La semana anterior, el BCE dejó intactas las tasas de interés, alineándose con las expectativas del mercado, pero reiterando su intención de mantener los costos de endeudamiento en un nivel restrictivo durante un período prolongado.