Podemos entender las caídas en Europa de dos formas o, tal vez, como una mezcla de ambas. Por un lado, la justificación más previsible -y ampliamente acogida por la prensa salmón- es que el terremoto sufrido en Wall Street ha ocasionado un sell-off en Europa.
Seguramente esa será la conclusión a la que lleguen muchos periódicos económicos. Sin embargo, la realidad es que ya desde hace semanas venimos avisando que varia de las referencias bursátiles europeas se estaban freneando en zonas de clara importancia.
Así lo vemos, sin ir más lejos, en el EuroStoxx50. La zona donde los alcistas no han podido continuar la subida es una zona donde también tuvieron problemas en el año 2015, 2017, 2018 y 2020. Tal y como venimos comentando las últimas semanas, era de esperar que en este caso también fuera una zona de dificultad para los alcistas.
En el corto plazo, no debería sorprendernos ver al EuroStoxx50 acercándose a la zona de los 3384 puntos. En este punto será donde estudiaremos comprar si se acaba formando cierta estructura de vuelta en convergencia con Wall Street.