El mercado de futuros consiste en la negociación de contratos de compra y venta de determinados bienes a una fecha futura mediante un acuerdo de precio, cantidad y vencimiento en la actualidad. Aparecieron como un sistema de protección de los productores agrícolas en el siglo XIX, ya que así podían dar salida a su producción en unos momentos de alta producción (cosechas) y regular y estabilizar los precios, que eran irregulares, a lo largo del año. De esta forma, los mercados de futuros nacen con la necesidad de estabilizar y apaciguar los precios y cantidades a intercambiar en un momento impreciso. Se trata entonces de un elemento de cobertura, es decir, de protección sobre posibles decisiones del mercado que permitan una regularidad en la comercialización.